jueves, 21 de agosto de 2014

Hoy


Durante el almuerzo y generalmente la cena también, en casa miramos la televisión. Aunque no es algo que me enorgullezca particularmente, descubrimos que el canal Encuentro siempre nos da ese algo nuevo que hay que aprender cada día, así como también temas para discutir entre nosotros. Me gusta también que, por el tipo de diseño que tiene su programación, no es común que nos topemos con el mismo programa, por lo que definitivamente exploramos una interesante diversidad de temas.
Hoy particularmente, vimos un programa que en principio parecía sobre fotografía, explicando las longitudes de onda de los colores, cómo se descubrieron los rayos que no son vistos por el ojo humano, experimentos súper interesantes que a la larga o a la corta a su manera revolucionaron el día a día de la vida en la Tierra. Aunque viéndolo desde hoy parezca mentira, las radiografías para saber si tenemos mocos en los pulmones, cuán torcidos estamos o si nos quebramos un hueso, llegaron hace no tanto tiempo y a veces hasta puedo pensar que por casualidad. Algún creyente podría atribuirlo a milagros; yo soy más simpatizante del destino y de las ayudas de las casualidades y la intriga humana en el lugar y momento indicados.
Hacia el final, hablando de un tipo de rayos que se llaman Gamma, llegó ese momento en que las piezas que venía entendiendo se me desordenan en el cerebro y me parece que me falta el elemento aglutinante, que desde mi idea se parece más o menos a un superpoder científico imaginario. Esas veces me siento en un espacio de la cadena evolutiva entre Einstein y el monito que choca los platillos, donde imagino que ese gen para poder visualizar estas cosas no llegó a mi.
Entre las explicaciones de explosiones y Universo, mostraron imágenes de estrellas chocando, agujeros negros que absorben de a 300 planetas como la Tierra POR SEGUNDO, cosas hermosas y terroríficas a la vez… y siempre que veo estas cosas, me acuerdo de lo chiquita que soy, ínfima, insignificante, así como todo lo que me rodea. Me da la impresión de que los problemas y todas esas cuestiones tan humanas, no tienen real importancia; y no por eso me refiero a desmerecer los males que aquejan al mundo, sino que realmente son inventados, o mejor dicho provocados, por nosotros mismos, porque nos dotamos de un peso y un poder que al fin y al cabo, son pequeñísimos frente a la posibilidad de desaparecer en milésimas de segundo, y sospecho que sin darse cuenta.  En esos momentos también entiendo un poco a quienes son religiosos, porque honestamente, cuando ves un poco de las maravillas que nos rodean, y tratás de darles explicación, no de a partes, sino a todas juntas, y que funcionen, y que evolucionen, y se mantengan, y sobrevivan, y puedo seguir así hasta el infinito…no te parece inexplicable, inimaginable, formidable? Y si pensás en cómo funciona tu cuerpo, que no te enchufás a ninguna fuente de energía ni computadora, sino que todo eso pasa orgánicamente por causa y casualidades que se acumulan hace millones de años en tu envase? Lástima todo lo religioso e institucional que también supimos inventarnos como para complicar las cuestiones.

En fin, creo que un poco a lo que apunto es a que hoy es un día hermoso, y disfruto ver el Sol de la tarde entrando por la ventana de frente a mi cara, que la vida es una sola, el mundo uno solo y el Universo también, los afectos, las flores, las mascotas, ese mate, esa risa, ese atardecer; es importante recordar esto todas las mañanas, cuando te levantás pensando en el despertador y la ducha, saber agradecer, saber apreciar, y salir con una sonrisa a la calle a hacerle frente al mundo que quizás esta mañana no pensó en todas estas cuestiones ni en otras igual o más inspiradoras, porque la energía no se pierde ni se degrada, se transforma.

Supernova Seen In Two Lights
Fuente: Nasa, imagen del día. Disponible en: http://www.nasa.gov/jpl/spitzer/chandra/pia18468/#.U_Y9KcWSzfI

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